La odisea de formarse en Canarias



Los compañeros y compañeras que desarrollan su labor en la DT de Canarias se han visto sometidos a una serie de despropósitos, que venimos mencionando en sucesivos  escritos: jefes de zona que presionan incansablemente a la plantilla con sus ocurrencias sobre objetivos individuales, férreamente fiscalizados para que toda la maquinaria produzca a marchas forzadas; reuniones interminables fuera del horario laboral; formas de dirigirse a los empleados que en algunos casos vulneran el respeto exigible a cualquier relación entre personas, etc.

 

En esta ocasión queremos centrarnos en los problemas que se están produciendo en el desarrollo de los planes formativos acometidos por la Entidad.

 

En una nueva demostración de ignorancia geográfica, la entidad parece olvidar que nos encontramos en un territorio fragmentado, discontinuo, que obliga a los compañeros a desplazamientos en avión para asistir a los cursos de formación.

 

Por mucho que nos gustara, aquí no existe ningún metro, ni tren de alta velocidad, ni autopista que te permita llegar a casa tras una jornada formativa, si tu residencia está en otra isla.

 

Cuando las jornadas formativas abarcan varios días, los compañeros deben hospedarse en hoteles, ausentándose de sus domicilios, y aunque sobre tal circunstancia no supone ningún drama, si se requiere, como mínimo, una comunicación al compañero con el suficiente tiempo para organizar sus asuntos familiares.

 

Dicha planificación tiene que ser doblemente garantizada cuando las acciones formativas se llevan a cabo en Madrid y la ausencia de los hogares y lejanía de las familias es mucho mayor.

 

La formación no debe suponer un trastorno para la conciliación familiar, problemática que podría fácilmente soslayarse con la anticipación suficiente en la comunicación de las acciones formativas a los compañeros.

 

Tampoco es posible que un compañero o compañera pierda dinero por formarse. En este sentido, las cantidades a abonar en concepto de gastos no pueden limitarse a un máximo de 30 euros en aquellas áreas en las que no existen medios alternativos de transporte que abaraten los costes y donde cualquier desplazamiento en taxi hasta el aeropuerto supera esa cantidad.

 

Adicionalmente, no es de recibo que una empresa de las dimensiones de Bankia tarde más de tres meses en abonar los gastos de desplazamientos. En estos tiempos de tecnología avanzada, tampoco puede ser que un empleado o empleada tenga que rellenar un formulario manualmente, recoger la firma de su director y jefe de zona, remitirlo por valija y comprobar periódicamente a ver si le han sido abonados los gastos.

 

CC.OO. reclamamos a la empresa que adopte medidas para mejorar el circuito y agilizar esta gestión, entre las que por ejemplo podría estudiarse el desarrollo de una aplicación informática específica. Igualmente, exigimos una resolución rápida a la liquidación de las partidas pendientes de abono.

 

Conviene recordar que la formación beneficia a ambas partes, aunque siempre tiene un carácter voluntario para el trabajador o trabajadora.

 

Por una formación digna, coherente con la conciliación familiar y sin perjuicio económico para las compañeras y compañeros.

 

25 de Junio de 2014