Malestar en La Rioja



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Recientemente, ACCAM ha publicado, como sabéis, una circular acerca de los complementos por VPT (Valoración de Puestos de Trabajo) que tenían los compañeros procedentes de Caja Rioja en esa entidad.

En dicha circular, acusaban a todos los sindicatos de Caja Rioja de no haber querido llegar a un acuerdo con la empresa en su día para consolidar parte de dicho complemento.

La realidad, sin embargo, es que lo que se nos pedía a los sindicatos era “carta blanca” para consolidar parte de los complementos de un sistema unilateral, y sin información respecto de a quiénes y con qué criterios.

Y así, frente a la inveterada costumbre de la empresa de hacer las cosas de esta manera, la respuesta de todas las organizaciones sindicales con presencia en la misma fue unánime, reclamando información, entre otras cosas, sobre el sistema que se pretendía aplicar.

A partir de ahí, nunca más supimos del mencionado método de consolidación, ni del resto de información que habíamos solicitado al entonces director de Recursos Humanos.

Es, pues, muy difícil comprender la circular de ACCAM, que ni siquiera tenía representación en esta empresa cuando sucedieron los hechos, y que se adjudique en ella la solución de un problema que se ha alcanzado en acuerdos que hemos suscrito, ya en Bankia, el 98% de la representación laboral.

Parece que hubieran decidido comenzar ya su campaña electoral, dado que podrían haberse pronunciado sobre este asunto ya hace meses, cuando algunos compañeros de la antigua Caja Rioja ya estuvieron afectados en su VPT por el cambio de funciones, o incluso hacerla varios años atrás, cuando sucedieron los hechos.

Resulta incomprensible la persistente manía de algunos de ocuparse más de diferencias reales o ficticias entre organizaciones que de problemas tan serios como los que nos aquejan en este momento.

Problemas como la intolerable presión a la que están siendo sometidos muchos empleados de la red de oficinas en La Rioja, viéndose obligados a prolongar su jornada sin ser retribuidos por ello, ni compensados con tiempo libre ni, tan siquiera, serles abonada la comida. La carga de trabajo que soportan es inadmisible y, en bastantes casos, ya está teniendo repercusiones importantes en la salud de los afectados.

Muchos empleados han sido privados de sus vacaciones en las fechas que ya tenían autorizadas, llegándose al extremo de que algún jefe, para presionar a ciertos compañeros, ha llegado a solicitar las facturas (viaje, hotel,….) correspondientes a sus vacaciones. Esto contrasta con la decisión de algunos responsables de disfrutar las suyas en las mismas fechas en que se las “prohíben” a sus subordinados alegando un aumento del volumen de trabajo.

Todavía es más grave la presión recibida por empleados que estando de baja médica han sido llamados por algún “irresponsable”, no precisamente para preguntar por su estado de salud, sino para que se incorporen a sus oficinas. La falta de tacto de algunos en el trato con personas que atraviesan una delicada situación de salud contraviene, incluso, los preceptos de ese más que discutible Código Ético del que se ha dotado la empresa sin contar con la representación de los trabajadores. No todo vale, cuando la falta de recursos humanos en las Oficinas es más que evidente, al no sustituir tan siquiera las bajas de larga duración.

Y a todo esto hay que añadir que en esta provincia muchos empleados son desplazados habitualmente de sus oficinas a otras de su entorno, e incluso de zonas diferentes, con notable grado de arbitrariedad en cuanto a los criterios que se tienen en cuenta para el pago del kilometraje, siendo la normativa al respecto absolutamente clara. Y así, mientras que algunos cobran todos los kilómetros que realizan, a otros sólo les pagan la ida desde su oficina hasta la que son desplazados (no la vuelta) y, finalmente, sin ninguna razón que lo justifique, otros no cobran nada. Las contestaciones de algún Jefe de Zona, en relación con esta materia, dejan mucho que desear, y lejos de intentar solucionar el problema lo agravan con su prepotencia.

En relación con la restructuración de las Oficinas en La Rioja, es incomprensible que se hayan eliminado directores y subdirectores de muchas oficinas, incluidas algunas que han asumido una mayor carga de trabajo por ser centros contables de otras sucursales cercanas, y que en algunos de estos centros contables no se designen director ni subdirector mientras que en otros, sin ninguna justificación, sólo se asigne subdirector. No se puede pretender que se asuman las responsabilidades de determinado tipo de funciones sin la contrapartida de las condiciones que se tienen reconocidas para las mismas como consecuencia de la normativa de aplicación vigente.

En materia de Salud Laboral hay que señalar las numerosas deficiencias que se produjeron en el último simulacro de Evacuación en la Oficina principal de Logroño, de las que ya pedimos explicaciones en la última reunión del Comité de Prevención. Estas anomalías deben ser subsanadas lo antes posible para no tener que lamentar errores en el caso de una evacuación real.

Por todas estas razones, y algunas más, el malestar de los trabajadores de Bankia en La Rioja cada vez es más generalizado y esa implicación, y sentimiento de pertenencia, que tanto predican nuestros directivos, será muy difícil de conseguir a no ser que desde la empresa se dé un impulso institucional decidido para que se cumpla lo que dicen defender