Preocupación por el aumento de incidencias con clientes

Las bancarias y los bancarios no somos los banqueros


El próximo miércoles se pone en marcha la campaña para ofrecer a los clientes la recompra de participaciones preferentes y deuda subordinada. La plantilla vamos a poner una vez más toda la carne en el asador, aunque a nadie se esconde que la tarea que tenemos por delante es todo un reto, no exento de tensiones puntuales con algunos clientes.

La recompra de preferentes es, de hecho, un episodio más de la cadena de acontecimientos que se viene produciendo de un tiempo a esta parte en el entorno del sector financiero, y de nuestra entidad en particular, cuyas consecuencias estamos sufriendo directamente las y los trabajadores.

Las relaciones de los clientes con las entidades financieras se han enrarecido según ha avanzado la crisis, y hechos puntuales como todo lo ocurrido con las “preferentes” o con las “ejecuciones hipotecarias”, por poner otro ejemplo, están generando desafortunadas consecuencias a las y los trabajadores.

La agresividad de determinadas estrategias comerciales en el periodo de crecimiento y la presión sobre las plantillas para colocar productos de manera indiscriminada, han configurado una manera de relacionarse con los clientes que ahora, en plena crisis, deja a las plantillas indefensas para retener y aumentar el negocio.

Más aun, el descrédito que acumulan día a día los banqueros se extiende a todas las personas que trabajamos en el sector financiero, los bancarios y las bancarias, que somos quienes ponemos la cara en las oficinas. Una plantilla que tiene que gestionar la crisis en directo, ante unos clientes con nombres y apellidos que, en muchos casos, descargan también su a veces justificada indignación sobre las empleadas y empleados de la red de oficinas.

Se hace necesario, por tanto, establecer la responsabilidad de cada cual y aclarar estas diferencias a la clientela y a la opinión pública. Los trabajadores y las trabajadoras de Bankia, y del sector financiero en general, no hemos participado en las decisiones que han determinado el negocio financiero y de paso una parte importante de la crisis del país. Tampoco hemos diseñado las estrategias comerciales que las entidades han ofrecido a sus clientes.

Nosotras y nosotros somos profesionales cualificados, que hemos trabajado bien para cumplir los objetivos que otros nos marcaban. No es tolerable, pues, que se nos exijan responsabilidades que no son nuestras, pues sería como si se le exigen responsabilidades a un farmacéutico por efectos secundarios no deseados del medicamento que otros prescriben, las autoridades sanitarias supervisan y él tan solo despacha, eso sí, con acreditada profesionalidad.

De hecho, en el caso concreto de las preferentes estamos hablando de un producto usado de forma recurrente y tradicional por las entidades, siempre bajo la supervisión de las autoridades competentes; siendo el origen inmediato del problema que se ha suscitado en este caso el hecho de que la CNMV ha cambiado repentinamente las reglas del juego.

Para CC.OO. son motivo de especial preocupación los riesgos que se pueden derivar de esta situación en relación a la salud (trabajo en condiciones de estrés y presión) y a la seguridad de las y los trabajadores (agresiones, amenazas, ocupaciones de oficinas por grupos de ciudadanos...). Así se lo hemos manifestado a Bankia, en el seno del Comité Estatal de Seguridad y Salud, siendo necesario avanzar medidas para eliminar o minimizar tales riesgos: revisión de las Evaluaciones de Riesgo y Planes de Prevención, en función de las nuevas condiciones en que se desenvuelve nuestra actividad; medidas de apoyo a situaciones puntuales, tales como el traslado de personas amenazadas, presencia de vigilantes en las oficinas; formación a la plantilla para enfrentar estas situaciones; etc.

CC.OO. vamos a defender en todos los ámbitos y con todos nuestros recursos la profesionalidad, la dignidad, el honor y por supuesto la salud de las personas que trabajamos en Bankia.

Nosotras y nosotros somos bancarias y bancarios, no somos banqueros.

 

Febrero, 2012