El atraco: un debate en profundidad sobre la seguridad en las oficinas



Nadie tiene la culpa de que unos desalmados puedan en un momento dado inferir un daño físico y moral a un empleado, pero CC.OO. sí reclama una actitud más decidida a la hora de intentar prevenir y afrontar estos hechos, incluyendo aspectos como una asistencia psicológica de los afectados in situ, inmediatamente después de un atraco, así como un seguimiento posterior, igualmente personalizado. 

Esta sucesión de incidentes no son el resultado de una mala racha. La propia Caja reconoce en la Intranet que los robos y hurtos provocados por descuideros se han duplicado... y van a más. El número de atracos, en cambio, ha disminuido, en parte porque el castigo legal en uno y otro caso es muy distinto; no obstante, cuando se produce un atraco sus consecuencias pueden ser mucho más graves, como lamentablemente se constata en este caso.  

Estos hechos ponen de manifiesto la necesidad de establecer un debate en profundidad sobre la seguridad en las oficinas. De hecho, CC.OO. había incluido como punto prioritario de la negociación laboral en curso con la Dirección, la suscripción de Planes de actuación y Protocolos en materia de Salud Laboral y de atraco, de forma específica. Lo que ha ocurrido a continuación no hace sino reforzar nuestra determinación.

CC.OO. lleva años reclamando una revisión conjunta de las necesidades reales en nuestra Entidad en esta materia, incluyendo la suscripción de Protocolos, así como el reconocimiento por parte de la Caja de que el atraco es un riesgo laboral. Esto permitiría mejorar los mecanismos de prevención y las medidas de seguridad actuales.

La Caja viene argumentando, una y otra vez, que los riesgos por atracos no son considerados legalmente como riesgos laborales; que las medidas de seguridad existentes en las oficinas cumplen la ley (como no podía ser de otra manera); que no se puede adoptar ninguna medida preventiva al respecto, etc. Lo que ocurre es que la Ley manifiesta una clara tendencia a favorecer la protección del efectivo, por encima incluso de la seguridad de las personas. Es por eso que los aspectos de seguridad personal pueden y deben acometerse en negociaciones como la que reclamamos, que  podrían incluso mejorar el marco legal, en un empeño que estaría plenamente justificado.     

En un entorno cambiante, hay que reaccionar con rapidez ante nuevas realidades. Es sabido, por ejemplo, que algunos de estos golpes se preparan a través de grabaciones con teléfonos móviles efectuadas desde el exterior de las oficinas, aprovechando la política de amplias cristaleras - fuera cortinas.  Quizás haya que modificar algunas políticas, a la vista de nuevos elementos; quizás haya, asimismo, que instalar cajetines para efectivo en cada puesto comercial; quizás se deberían instalar esclusas de manera masiva, incluso en aquellos casos en que no sería exigible por ley.

Este comunicado lleva por título “El atraco es un riesgo laboral” porque, a fecha de hoy, la Dirección sigue negando que lo sea y ésta sigue siendo, pues, una de las reivindicaciones de CC.OO. Además de insistir en el cumplimiento de las normas por parte de los empleados, hablemos también de medidas que requieren inversiones en seguridad, de dotaciones más adecuadas de plantilla y de formación de la plantilla en buenas prácticas, plasmando las conclusiones en un Protocolo de actuación.

Madrid,