En 2011,la entidad financiera centrará sus esfuerzos en la gestión de riesgos,la mejora de la eficiencia y la optimización del servicio al cliente

La Asamblea de Caja España-Duero cifra la previsión de beneficios en 47 millones


La Asamblea General de Caja España-Caja Duero celebrada este jueves en León, repasó las perspectivas económicas del próximo ejercicio, que será afrontado de acuerdo con la estrategia definida en el Plan de Negocio establecido para la fusión. La previsión de beneficios a finales de 2010 se eleva a 47 millones de euros.

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La Asamblea General de Caja España-Caja Duero celebrada este jueves en León, repasó las perspectivas económicas del próximo ejercicio, que será afrontado de acuerdo con la estrategia definida en el Plan de Negocio establecido para la fusión. La previsión de beneficios a finales de 2010 se eleva a 47 millones de euros. El resto de las magnitudes más significativas a finales de año son los activos, con 45.633 millones de euros, los recursos de clientes, 29.250 millones, la inversión crediticia, 27.367millones, el ratio de solvencia, 14,24 por ciento. Además, la Asamblea General aprobó, con un respaldo del 80 por ciento, el sueldo del presidente.



Una vez concluido el proceso de reestructuración, que estará finalizado el 31 de diciembre, la nueva Caja centrará sus esfuerzos en la gestión de riesgos, la mejora de la eficiencia y la optimización del servicio al cliente, centrando su estrategia en la banca de particulares, las pymes y el sector agroalimentario.

En su intervención, el presidente de la entidad, Evaristo del Canto, y el director general, Lucas Hernández, hicieron un repaso de los principales retos a los que se enfrentan las entidades financieras en el actual entorno económico fuertemente adverso, y se refirieron a los pasos que desde Caja España-Caja Duero se han dado y los que se van a dar, para hacer frente a este entorno y salir “reforzados” del proceso de reestructuración emprendido.

Evaristo del Canto, acude a la Asamblea General Ordinaria que se celebra en León. (Foto: Campillo)

Durante el próximo año, la entidad dará preponderancia a la gestión eficiente de los riesgos y apostará por centrarse en la optimización de sus ventajas competitivas, tanto en el crédito minorista como en el segmento de pymes y agropecuario, manteniendo así su compromiso con la promoción del desarrollo económico de Castilla y León.

Otro de los retos será la consolidación de las sinergias aportadas por el proceso de fusión, especialmente las derivadas de la integración de los procesos de soporte al negocio, que contribuirán de manera decisiva a la mejora de la eficiencia. Desde un punto de vista geográfico, la línea estratégica principal se centrará en el mantenimiento del liderazgo financiero en Castilla y León, donde la entidad cuenta con mayores activos, mayor cuota de mercado y mayor presencia física.

También se trabajará para consolidarse en las Comunidades de Madrid y Extremadura, que están próximas al mercado tradicional, y donde también es significativa la presencia de la entidad, además de convertirse en referente nacional, enfocándose en capitales de provincia donde exista mayor masa crítica de segmentos estratégicos.

Asamblea General Ordinaria de Caja España y Caja Duero que se celebra en León. (Foto: Campillo)
  

El modelo de gestión comercial buscará la optimización de la calidad de servicio al cliente, para lo que se potenciará su gestión preactiva a través de la generación de carteras que faciliten su mayor vinculación y fidelización, se impulsarán los canales de atención alternativos a las oficinas, basados en las nuevas tecnologías, para acercar el servicio al cliente y reducir las tareas administrativas de las oficinas, y se apostará por un modelo de especialización centrado en empresas y banca personal.

Por otro lado, el plan de integración previsto por Caja España-Caja Duero evoluciona de acuerdo con lo previsto, dos meses después de la creación de la nueva entidad, el pasado 1 de octubre. Ambas entidades contaban antes de la fusión con un total de 1.102 oficinas abiertas a los clientes en toda la península, Ceuta y Portugal, determinándose el número de sucursales excedentarias en 253, es decir, 116 correspondientes a la antigua Caja Duero y 137 procedentes de la antigua Caja España. Hasta estos momentos ya se han cerrado 159 oficinas, y aún están pendientes las 94 restantes a lo largo del mes de diciembre.

La política de adaptación de la red obedece a razones puramente económicas, valorando la rentabilidad, la duplicidad existente en determinadas localidades o la proximidad en el caso de grandes ciudades. La operativa puesta en marcha en los últimos meses ha pretendido evitar los perjuicios a los clientes en la medida de lo posible, volcando el servicio de las oficinas clausuradas a sucursales cercanas, redoblando el servicio de éstas.

Igualmente, el proceso de ajuste de la plantilla puesto en marcha por Caja España-Caja Duero continúa a buen ritmo, con las primeras prejubilaciones ya efectuadas. El número total de empleados que tenían la posibilidad de acogerse a estas medidas voluntarias alcanzaba los 828 profesionales. Hasta el momento, el 98 por ciento de ellos, es decir, 809 personas, han decidido aceptar las condiciones planteadas por la empresa, que contaron con la aprobación mayoritaria de los representantes sindicales.


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