22Febrero y Brecha Salarial #IgualdadSalarialYA


Acabar con la desigualdad y discriminación laboral que soportan las mujeres solo puede resolverse en el marco de una sociedad y una economía más justas y con menor precariedad y explotación estructural. Y debe ser la corrección por parte de la sociedad de las profundas desigualdades –laborales y no laborales– que soportan en mayor medida las mujeres, las que nos permitan avanzar por una sociedad y una economía más justa y orientada a la satisfacción de las necesidades básicas de la población.

 


 

La retirada femenina de la actividad laboral que acompaña a la maternidad agranda la brecha salarial entre madres y padres. Tras el primer año de maternidad el salario femenino se recorta un 11% mientras que el de los hombres no sufre cambios y a largo plazo la brecha se agranda hasta el 28% tras el nacimiento del primer hijo. La maternidad tiene efecto sobre la presencia y la permanencia de las mujeres en el mercado laboral y, por consiguiente, en el salario: las mujeres tienden a reducir su jornada, acogerse a excedencias, incluso a dejar el empleo para hacerse asumir el cuidado de menores, por lo que no es extraño el rechazo de la maternidad por parte de algunas mujeres. Leer más

 





En la actividad laboral es necesario incluir cláusulas de acción positiva a favor de las mujeres en los convenios colectivos en lo que afecta a entre otras materias a la contratación, promoción, formación, corresponsabilidad. Pero además de los convenios dentro de la negociación colectiva en este momento las medidas y planes de igualdad tienen un papel primordial. En las empresas tienen que negociarse, aplicarse y evaluarse planes de igualdad adecuados y eficaces con perspectiva de género.






Los R.D. 901/2020, de planes de igualdad y su registro, y el 902/2020 de igualdad retributiva entre mujeres y hombres son herramientas que facilitarán no solo un mayor conocimiento de la discriminación salarial, sino que ayudará a trabajar en su erradicación. Mediante los mismos se pueden negociar medidas para corregir algunas de las causas de la brecha salarial, ya que resulta urgente y prioritario actuar sobre:

> La masculinización de los complementos salariales.

> El desigual reparto familiar, laboral y social de los costes y tareas de la reproducción y los cuidados.

> La valoración del trabajo de cuidados, poner la vida en el centro el resto social las próximas décadas.
 



Es obligado plantear la necesidad prioritaria de medidas específicas para reducir la parcialidad femenina involuntaria desde la negociación colectiva y el plan de Igualdad, así como revisar los criterios de asignación de valor al trabajo que se traducen en complementos. Estos criterios premian cuestiones como la antigüedad, la peligrosidad (entendida en términos físicos puramente), la disponibilidad por ejemplo en una sociedad donde se sigue adscribiendo el trabajo doméstico y de cuidados casi en exclusiva a las mujeres.

Redistribuir recursos salariales y de tiempo entre mujeres y hombres es una labor necesaria para conseguir la igualdad. La asunción de los cuidados por parte de los hombres puede ayudar a mejorar muchas de las situaciones de discriminación que se producen en el ámbito laboral, puesto que no se lograrán grandes mejorar laborales sin modificaciones sociofamiliares, pero para ello habrá que poner la vida, y no la productividad, en el centro y reducir las elevadas horas de trabajo.