No es suficiente lo que ya tenemos, además formación sin medios


El problema no es la nueva formación hipotecaria exigida por ley, sino cómo se implementa esta nueva formación en nuestro día a día


La nueva App de “Mi Banco” no funciona, en lugar de arreglarlo le tenemos que pedir a los clientes que sean nuestro servicio técnico.

Las quejas de los clientes, que hay que atender en las oficinas, por el tono y las formas de las cartas recibidas sobre las nuevas condiciones de las cuentas.

Las incidencias en la contabilización de las operaciones de crédito de las tarjetas, que generan más consultas de clientes.

La implantación de tarjetas virtuales. Virtuales en el sentido de no existencia, no aparecen, no llegan a los clientes, después aparecen todas de golpe, pero no se dejan activar … más quejas de clientes.

Problemas y lentitud en los accesos que afectan a la Web Transaccional, Firma Digital, Banca Online, App … más quejas de clientes.

No se genera la documentación referente de productos de inversión, firma digital,  préstamos, seguros, precontractual de cuentas y certificados. Es decir, casi de nada.

Pero no te olvides de hacer clientes, de tu tasa de éxito, del upfont, de la sistemática, de los ingresos, del SEPA, de negocios …

Es el estrés continuo, no hay que parar, nunca es suficiente. Ahora se suma esta formación, justo cuando se inicia el periodo de vacaciones.

El 29 de julio los niveles de competencias y conocimientos que introduce la Ley serán exigibles a quienes comercializan, asesoran o intermedian en la concesión de préstamos hipotecarios, lo que se aplicará de forma generalizada a la toda la plantilla de la Red de Oficinas y algunos departamentos centrales. El pasado lunes se inició un curso online que va a durar hasta el próximo 19 de julio. La semana del 22 de julio se hará un examen presencial.

La plantilla de Deutsche Bank no tenemos tiempo para tanta formación, es imprescindible que nos den los medios para poder hacerla. También que se reconozca y convalide la formación anterior que tiene cada persona, disminuyendo la carga formativa, que además acaba recayendo en nuestro tiempo personal.

La solución es sencilla, sólo falta voluntad. Dada que la prioridad es que el 29 de julio cada oficina tenga como mínimo un empleado que pueda comercializar hipotecas, desde CCOO propusimos que durante junio y julio se liberasen de trabajo por las 50 horas necesarias para poder hacer el curso a las personas que estarían trabajando en agosto. Evidentemente, deberían ajustarse los presupuestos.

La respuesta del Banco fue que ampliaban de 45 a 60 minutos el tiempo diario para formación, no se modificaban los presupuestos y se permitía a las oficinas elegir quién hacía el curso primero.

El tiempo total destinado no alcanza a cubrir la duración total del curso, por lo que suponemos que la intención del Banco es que los empleados usen su tiempo libre para poder hacer el curso. Esperamos que desde RRHH se hayan dado las instrucciones necesarias para que las 15 horas adicionales que tendrán que usar los afectados sean adecuadamente compensadas. Esperamos que después de la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea no le queden dudas al respecto.