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La OCDE y la formación de salarios en la Zona Euro

Boletin Informativo Negociación Colectiva 2008-2

Cómo los a priori ideológicos dan lugar a una mala lectura de la evidencia empírica


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En un estudio económico sobre la zona euro, publicado en enero de 2007, la OCDE transmitía dos mensajes políticos importantes. El primero es que una política de actuación sobre la demanda, estabilizando la actividad cuando la economía se ha visto golpeada por un shock negativo, tiene una repercusión estructural y positiva sobre el resultado del crecimiento durante un largo plazo. En otras palabras, la política monetaria no debe considerarse como una simple “flor de un día”, que solo tiene efectos temporales y a corto plazo en la economía. Para los responsables europeos acostumbrados a la idea de que “el dinero es un velo”, de que la política monetaria solo existe para luchar contra la inflación y no puede hacer gran cosa en materia de crecimiento y empleo, esto les supondría una conmoción.

No obstante, la OCDE conforta inmediatamente a los responsables políticos en sus a priori tradicionales. El informe continúa afirmando que, contrariamente a los Estados Unidos, es imposible para los responsables financieros de la zona euro aplicar una política monetaria que favorezca el crecimiento y el empleo. Los salarios “rígidos” de este lado del Atlántico mantienen la inflación “difícil” y atan las manos del Banco Central Europeo a la hora de mantener la demanda en caso de ralentización económica.

EL DINERO IMPORTA
La CES ha señalado frecuentemente que, debido a la falta de políticas activas de actuación sobre la demanda, la zona euro tiende a enfrentarse a situaciones de varios años de crecimiento lento después de ser golpeada por una desaceleración inicial. Esto plantea el riesgo de que el desempleo cíclico se convierta en estructural debido a los efectos de “histéresis(1)” del mercado laboral. Los trabajadores que se convierten en parados de larga duración corren el grave peligro de perder su cualificación, de desmotivarse y de ser víctimas de una “selección al gusto” por parte de los empresarios entre una fila de trabajadores que se presentan a una vacante.

El estudio de la OCDE sobre la zona euro no solo confirma sino que incluso refuerza esta línea de argumentación. Según la OCDE, la zona euro tiene dificultades para superar el impacto de los grandes shocks en la demanda, dando lugar a un modelo de crecimiento persistentemente débil después de dicho shock. Este modelo quedó claro una vez más en la última ralentización económica de 2001, que ha costado a la zona euro no menos de 4 a 5 años de recuperación.

La OCDE subraya que hay en juego mecanismos de auto-refuerzo de forma que lo que empieza como una recesión temporal termina como una crisis estructural. Es sorprendente a veces leer cómo los efectos de histéresis del mercado de trabajo, los mismos a los que la CES hace referencia, son descritos por la OCDE (pérdida de moral y de cualificación, estigmatización del desempleado, escalada del desempleo estructural).

Pero hay más. La OCDE va incluso más allá señalando efectos de histéresis similares sobre el crecimiento potencial que proviene de los mercados de productos (2). Un colapso prolongado del crecimiento económico puede ser perjudicial para:

  • la innovación: la investigación y el desarrollo tienen más tendencia a producir resultados si hay inversiones continuas y estables en este terreno. Sin embargo, las fuertes crisis que afectan al conjunto del crecimiento y de la demanda desorganizan los flujos de tesorería, obligando a las empresas con escasez de dinero a dar marcha atrás en sus esfuerzos en favor de la investigación. Dicho entorno macroeconómico no es estable y no aporta al mundo de los negocios los buenos estímulos para invertir en la innovación.
  • la actividad en materia de inversiones: el factor de “incertidumbre” afecta igualmente a las inversiones en general. Las políticas de actuación sobre la demanda pueden ser consideradas como una forma de garantía general que estimula las inversiones. Si el mundo de los negocios sabe que un shock negativo sobre la demanda será abordado rápidamente por los responsables de la política macroeconómica, la propensión a invertir será más elevada (3). Si, por el contrario, el mundo empresarial tiene en cuenta la posibilidad de que un shock de la demanda implique el riesgo de producir una larga recesión, su motivación para invertir se destruirá. Y a su vez, si los esfuerzos en materia de inversión se frenan, esto significa que el potencial de expansión de la economía en los niveles más altos de crecimiento se reduce igualmente.

  • La movilidad de la mano de obra: los trabajadores están menos inclinados a correr riesgos en caso de recesión. Esto implica que las bajadas prolongadas de crecimiento trabajarán para reducir la rotación de la mano de obra durante un periodo también largo. Sin embargo, los nuevos trabajadores y las nuevas ideas son motores importantes de la innovación a nivel de empresa. Las largas recesiones tienden, por tanto, a reducir el rendimiento de la innovación, dando como resultado una reducción de la misma, debido a la menor movilidad de los trabajadores.
  • el espíritu de empresa: mientras la situación económica sea difícil, las personas serán menos proclives a lanzarse a la creación de una nueva empresa. Además, los bancos aplicarán condiciones de créditos más severas y estarán menos dispuestos a prestar dinero para este fin. La innovación puede sufrir por ello, si consideramos que las nuevas empresas introducen a menudo nuevos productos o servicios o nuevos métodos de trabajo.
  • la formación y el aprendizaje a lo largo de toda la vida: en una desaceleración económica, las empresas tienden a mantener a sus trabajadores (cualificados). Sin embargo, esto es menos posible en caso de una larga crisis en la actividad. Si las empresas se dan cuenta de que las recesiones tienden a prolongarse y que no pueden mantener el empleo de sus trabajadores cualificados, el incentivo a invertir en el capital humano de su plantilla sufrirá.

  • reformas que faciliten el crecimiento: las reformas estructurales pueden quedar pospuestas en las recesiones económicas debido, por ejemplo, a la falta de márgenes fiscales que permitan invertir en las personas y a la escasez de instituciones que gobiernen bien el mercado laboral (acceso a la formación, políticas activas del mercado de trabajo, servicios de cuidado, …)

¿HAY QUE CULPAR A LOS SALARIOS Y A LOS SINDICATOS?


El estudio de la OCDE es probablemente uno de los casos más convincentes que se han encontrado recientemente para reevaluar el papel y la importancia de las políticas que actúan sobre la demanda en la creación de más y mejores empleos, mejorando la innovación y el comportamiento del crecimiento a largo plazo.

Sin embargo, hay una trampa. La OCDE añade inmediatamente el argumento de que la zona euro es “intrínsecamente menos elástica” a los shocks y que “su política monetaria necesita más tiempo para devolver la economía a una situación de equilibrio”. Esta última afirmación de la OCDE se basa en un meta-estudio realizado por De Grauwe y Storti (2005).

Este meta-estudio es la síntesis de los resultados de 83 estudios sobre la transmisión de la política monetaria en la zona euro y en los Estados Unidos. En la lectura que hace la OCDE de este estudio, encuentra que “la política monetaria es considerablemente más débil en la zona euro”. El impacto medio de la política monetaria en el crecimiento de EEUU sería 1,5 veces mayor y el impacto sobre la inflación sería 3,25 veces mayor en EEUU que en la zona euro.

Todavía según la OCDE, uno de los factores principales (véase más abajo un segundo factor) que explica esta (relativa) falta de fuerza de la política monetaria en la zona euro es la rigidez estructural de los mercados de productos y de mano de obra, que hacen que los salarios y la inflación sean menos sensibles a las condiciones económicas. En otras palabras, la Reserva federal puede estimular más fácilmente la economía sin introducir presiones inflacionistas puesto que la economía de Estados Unidos es menos rígida y los trabajadores y sus salarios están menos protegidos.

Sin embargo, ¿qué dice exactamente el artículo De Grauwe-Storti? Un examen en profundidad de este documento revela que los autores, en realidad, plantean el argumento contrario al de la OCDE.

En primer lugar, De Grauwe/Storti observan en su artículo que el argumento tipo según el cual el BCE no puede recurrir a la política monetaria para apoyar el crecimiento porque los salarios y los precios son difíciles en la zona euro es sorprendente. En realidad, la teoría económica insiste en que la política monetaria puede influir en la producción y la actividad a corto plazo únicamente porque los precios y los salarios están controlados. Si los salarios y los precios fueran flexibles, cualquier inyección de liquidez suplementaria o disminución de los tipos de interés por parte del banco central se manifestarían en una inflación más elevada, y no en un incremento de la actividad económica.

Examinando sus estimaciones, los autores han constatado que el impacto numérico a corto plazo de la política monetaria sobre la actividad económica y los precios es “más o menos el mismo” en la zona euro y en los Estados Unidos. Al cabo de un año, una disminución del 1% de los tipos de interés supone un aumento medio de la producción del 0,28% tanto en los EEUU como en la zona euro. La misma conclusión se constata respecto a los efectos de la política monetaria sobre el nivel de los precios (inflación). Una disminución del 1% de los tipos de interés habría aumentado, después de un año, la tasa de inflación medio en un 0,06% en los Estados Unidos y en un 0,09% en la zona euro (4).


¿Cómo explicar la contradicción con las conclusiones que la OCDE extrae de las mismas cifras? La respuesta está en el hecho de que la OCDE toma la cifra mediana (y no media). Técnicamente hablando, estas cifras medianas son en efecto 1,5 veces superiores para los Estados Unidos que para la zona euro (ver cuadro). Sin embargo, como se puede ver en el cuadro más adelante, hablamos aquí de pequeñas cifras de manera que 1,5 veces una cifra de 0,25 tiene como resultado un número (0,38) que es bastante cercano al número inicial en términos absolutos.

Impacto a corto plazo de una disminución de la tasa de interés del 1% sobre la actividad económica

   Media  Mediana
 EEUU  +0,28%  +0,38%
 Zona euro  +0,28%  +0,25%

Fuente: De Grauwe, Storti (2005)

De manera más importante, en el análisis econométrico que corrige estas cifras medias y medianas mediante el control de un cierto número de variables que afectan a estos coeficientes estimados, los autores consideran que los coeficientes relativos a los Estados Unidos y a la zona euro son similares.

En todo caso, la conclusión a la que llegan De Grauwe y Storti es que “no parece haber pruebas a favor de la hipótesis de que el BCE esté imposibilitado por la existencia de una falta de flexibilidad estructural (…)”. Esta conclusión es sin embargo oportunamente olvidada e ignorada por el informe de la OCDE sobre la zona euro.

Dicho sea de paso: Un día, en un pasado no tan lejano, existió el milagro financiero de las “subprime”…
Otro factor que, según la OCDE, provoca los descensos de crecimiento prolongados en la zona euro es el hecho de que la titulización no compensada de los préstamos hipotecarios es menos común en la zona euro. En los hogares de la zona euro, este factor complicaría los préstamos en periodos de recesión. Por supuesto, esto no tiene nada que ver con los salarios y la formación de los salarios como tal. Sin embargo, ilustra de nuevo cómo la agenda política de la liberalización generalizada dejó a la OCDE ciega para un análisis económico sólido y razonable. Ahora, a comienzos de 2008 y apenas un año después de la publicación de la OCDE, el mundo entero ve cómo el modelo de titulización sin normas ni reglamentación está devastando la economía de los Estados Unidos y se arriesga a hundir la economía europea también.

CONCLUSIÓN
La OCDE puede producir y, sin duda, producirá otras pruebas econométricas que presuman que los derechos de los trabajadores en la zona euro constituyen un elemento de rigidez que se interpone en la progresión hacia un ajuste armonioso y un resultado de crecimiento económico más elevado. Y también sin duda su “evidencia” puede y será desafiada por análisis independientes (véase por ejemplo Howell (2004)).

Sin embargo, la OCDE se equivoca de camino cuando explica que ciertas investigaciones confirman su ataque sistemático a los sistemas de formación de los salarios en la zona euro, cuando estas mismas investigaciones dicen en realidad lo contrario. Esto ilustra hasta qué punto ciertos organismos como la OCDE, pero también otros como los bancos centrales, y los ministros de finanzas, son prisioneros de sus propios a priori ideológicos.

Ronald Janssen
CES Bruselas, abril 2008

Referencias
• De Grauwe, P. and C. Costa Storti (2005), “Is monetary policy in the Euro zone less effective than in the US?” CESifo Working Papers, nº 1606
• Howell, D (2004) “Fighting unemployment: The limits of free market orthodoxy”, Oxford University Press
• OECD (2007) “Economic Survey of the Euro Area”

Notas

1 La histéresis es la tendencia de un material a conservar una de sus propiedades, en ausencia del estímulo que la ha generado. También se define como una falta de coordinación entre dos fenómenos asociados.

 2 Ver página 38 del estudio de la OCDE

 3 Este efecto es ante todo el efecto “mecánico” de una débil actividad de inversión sobre el potencial de crecimiento. La bajada de crecimiento provoca una caída de la actividad de inversión debido a una falta de perspectivas inmediatas de demanda. Y a su vez, una actividad de inversión más baja implica una caída potencial del crecimiento. Un crecimiento más elevado de la demanda no puede ser sostenido porque las inversiones en máquinas y/o en oficinas y redes no se hayan realizado.

 4 Como señala acertadamente la OCDE, los efectos a largo plazo de la política monetaria sobre los precios son muchos más fuertes en Estados Unidos que en la zona euro. Esto implica sin embargo que son los Estados Unidos y no la zona euro los que deberían tener cuidado al utilizar la política monetaria para promover el crecimiento y la demanda porque esto provocaría, en un periodo de cinco años, una presión sobre los precios dos veces más intensa en los Estados Unidos.

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