01 de febrero de 2021

SITUACIÓN COVID-19 EN LOS CENTROS DE TRABAJO DE TRES CANTOS


Ante todo, debemos de indicar primero que respecto a la información sobre el estado de contagio por COVID-19 en los centros de trabajo se deben de conjugar conjuntamente dos derechos, el derecho a la privacidad de las personas y el derecho a la seguridad en nuestro puesto de trabajo.


Ya en los meses de otoño advertíamos a la empresa y al servicio de prevención que con la llegada del frío las medidas puestas en marcha por la empresa para garantizar la seguridad frente al contagio por COVID-19 podrían ser insuficiente. La controversia por mantener más o menos tiempo abiertas las ventanas debido al frío, la arbitrariedad con la que éstas se abrieran unido al hecho de que en los puestos de trabajo no se use mascarilla mientras se habla y se proyecten más y más lejos las partículas, y con el agravante de que los sistemas de climatización no renuevan el aire sino que lo recirculan nos hacían creer que los puestos de trabajos podrían ser inseguros en esta época del año.

La empresa se encierra en el argumento de que cumple con todas las medidas indicadas por las autoridades sanitarias. Aunque la OMS no lo haya reconocido abiertamente, cierto es que muchos organismos médicos, incluso el propio Gobierno de España, han reconocido como principal vía de contagio los aerosoles. Partículas del virus que permanecen suspendidas durante bastante tiempo en pequeñísimas gotas (el vaho que producimos al hablar, vapor, humo del tabaco al fumar…). Aun así, con toda esta información, la empresa no reconoce como contactos estrechos a las personas que han estado trabajando de continuo a un metro y medio.

Al respirar en nuestro puesto sin mascarilla contribuimos a propagar por nuestro entorno las partículas que exhala nuestro organismo. Si además hablamos, éstas se proyectan a más distancia. Si unimos esto a una mala calidad del aire y a que los equipos de climatización ayudan a propagar a una mayor distancia las partículas, el riesgo aumenta exponencialmente. Por ese motivo propusimos a la empresa en otoño equipar las salar con medidores de CO2 y con filtros HEPA, puesto que las autoridades sanitarias no obligan al uso de mascarillas en los centros de trabajo.

Es un error considerar que únicamente atendiendo a las medidas a las que obligan las autoridades sanitarias se puede considerar que un ambiente de trabajo sea seguro, si no atendemos a la globalidad de todas las circunstancias de ese puesto. Como se ha podido comprobar la empresa no ha atendido a las sugerencias de los delegados de PRL como tampoco atendió a la de poner mamparas en las oficinas comerciales.

Según los datos que nos ha facilitado el servicio de prevención, en el año 2020 se comunicaron un total de 32 casos positivos mientras que, solamente en enero de 2021, se han comunicado más de 16, más otros tantos pendientes de resultados. La empresa persiste en que todos los casos son contagios externos. Es difícil asegurar con rotundidad donde se han producido todos los casos, pero lo cierto es que hay dos áreas que están especialmente en cuestión por tener bastantes casos positivos o en cuarentena por contacto.

Ante esta situación y la negativa de la empresa a tomar medidas adicionales, nos hemos visto obligados a registrar denuncia ante el servicio de Inspección de Trabajo y Seguridad Social de la Comunicad de Madrid por infracción laboral en materia de salud.

Al margen de la denuncia, nos preocupa el escaso interés que la compañía viene mostrando, desde hace años, por garantizar la salud de sus personas trabajadoras. La farsa de su retórica se desvanece en el momento en el que hay que hacer inversiones en salud. Y por otro lado, el servicio de prevención propio pierde toda condición de consulta y de imparcialidad para convertirse en un objeto maleable por la propia empresa.

Saludos.