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Frida Khalo, Pintora de la identidad femenina

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón fue una pintora mexicana cuya vida, y obra, quedaron marcadas por el infortunio al sufrir un grave accidente en su juventud, que la mantuvo postrada en cama durante largos periodos, llegando a someterse hasta a 32 operaciones quirúrgicas. Llevó una vida poco convencional. Su obra pictórica gira temáticamente en torno a su biografía y a su propio sufrimiento. Fue autora de 150 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó sus dificultades para sobrevivir. La obra de Frida y la de su marido, el pintor Diego Rivera, se influyeron mutuamente. Ambos compartieron el gusto por el arte popular mexicano de raíces indígenas inspirando a otros pintores mexicanos del periodo posrevolucionario.


Símbolo del feminismo

En la sociedad de su tiempo, donde la supremacía de lo masculino constituía el sentido común, la mujer jugaba un papel que claramente la supeditaba al varón. Frida, a pesar de estar casada y de demostrar el gran amor que sentía hacia su marido, se mostró autosuficiente y fuerte. Se representó en su obra de manera ambigua, con características sexuales andróginas, con algunos rasgos considerados como masculinos, exagerando sus cejas y su incipiente bigote.

Fue de las primeras pintoras que expresó en su obra la identidad femenina desde su propia óptica, rechazando la visión de lo femenino que se dibujaba desde el tradicional mundo masculino. Ella fue una de las que contribuyeron a la formación de un nuevo tipo de identidad para la mujer y es reconocida hoy, por muchos, como un símbolo.

Frida Kahlo fue la perfecta heroína feminista de los años 80: su primera biografía, escrita por Hayden Herrera, se publicó en 1983, cuando Madonna y Cindy Sherman transformaban sus experimentos sobre la autorrepresentación femenina en un espectáculo industrial y se incrementaba el interés por el realismo mágico latinoamericano.