Introducción del Secretario General al Plan de Acción del III Congreso de la Federación de Servicios de CCOO

Jose Maria Martinez Secretario General Federación de Servicios de CCOO

Introducción del Secretario General al Plan de Acción del III Congreso de la Federación de Servicios de CCOO

Abordamos la formulación de este Plan de Acción, como documento a debate en nuestro proceso congresual, en una coyuntura de excepción: aún inmersos en una crisis sanitaria mundial de enorme dimensión, de duración e impacto todavía inciertos, que a su vez ha desencadenado una crisis económica cuyo alcance y recorrido está por definir, pero cuya gestión indudablemente determinará en gran medida nuestras prioridades y estrategias sindicales.

Un análisis de partida que debe arrancar con una constatación y un reconocimiento, en torno a la forma en que el conjunto de la organización ha dado una respuesta excepcional a esta situación de excepción, en la sociedad, en los sectores y en las empresas, en lo macro y en lo micro, adaptando nuestras estrategias y modos de trabajo, ejerciendo de referentes laborales en el momento más difícil para millones de personas trabajadoras, defendiendo su empleo, atendiéndolas, aportándoles respuestas… en definitiva, procurando estar a la altura de las circunstancias, de la confianza depositada, de nuestra responsabilidad y de nuestra historia. Por ello, este Plan de Acción no puede por menos que empezar desde el reconocimiento a quienes han hecho posible esta capacidad de respuesta: nuestro activo sindical y nuestra afiliación.

Una capacidad de respuesta que, más allá de lo puntual, se traslada ahora como reto de presente y de futuro, orientando el enfoque y desarrollo de este Plan de Acción. Capacidad de respuesta justamente en torno a la adaptación y al gobierno del cambio, tanto en lo que se refiere al contexto coyuntural como a los procesos estructurales.

Respecto a la coyuntura, todas las previsiones apuntan a un escenario complicado al menos hasta 2022, con una pérdida de tejido productivo y de empleo que va a impactar de forma significativa en algunos de nuestros sectores, especialmente los vinculados con la actividad turística.

Y más allá de la coyuntura, resulta también del todo punto evidente que hay procesos estructurales que se van a acelerar tanto por tendencias que ya estaban en marcha, vinculadas con la digitalización, los cambios en el sistema productivo y las nuevas realidades laborales; como por los criterios con los que se inviertan los fondos de reconstrucción UE y los cambios en los hábitos de consumo que se vayan consolidando.

Indudablemente, el hecho de que el perímetro sectorial de la Federación de Servicios alcance 5,5 millones de personas trabajando por cuenta ajena en el 60% de las empresas privadas de este país, representa un plus de responsabilidad en la forma en que el conjunto de las Comisiones Obreras afronta estos escenarios.

Gobernar los cambios desde la autonomía sindical

Desde CCOO, desde la Federación de Servicios, no queremos limitarnos a ser meros espectadores de los cambios: Aspiramos a gobernarlos. Gobernar los cambios desde nuestra incidencia en lo sociopolítico, poniendo en valor nuestra legitimación sindical y a través del Diálogo social. Gobernar los cambios desde nuestra actuación en los sectores y empresas, extendiendo nuestra afiliación y representatividad, desde el desarrollo organizativo, la acción sindical y la Negociación colectiva, nuestra principal herramienta transformadora junto al Diálogo social. Gobernar los cambios desde la capacidad de adaptar nuestra organización a los tiempos, optimizando medios y funcionamiento, multiplicando canales de atención y llegada, incrementando la eficiencia y eficacia de nuestros recursos y modelos organizativos.

En una perspectiva global, el Diálogo social ha permitido abordar la coyuntura a través de acuerdos en materia de ERTEs, tiempo de trabajo y prestaciones, pero también ha incidido y debe seguir incidiendo en lo estructural: En la definición de lo que se ha venido en proyectar como el "Estatuto del SXXI" -Trabajo a Distancia, Nuevas Realidades laborales, tiempo y organización del trabajo, Igualdad-, en el destino de los Planes de Reconstrucción, en los modelos de protección social… Y, por supuesto, en la recuperación de equilibrios en nuestra principal herramienta de generación normativa y de avance en las condiciones laborales, que es la Negociación colectiva, a través de la derogación de la Reforma laboral -ultractividad, prevalencia, externalizaciones,…-.

Una cuestión esta última esencial, considerando justamente la conexión del Diálogo social con su desarrollo a través de la Negociación colectiva, de forma previa a la pandemia con nuestra firme apuesta confederal y federal por el objetivo de los 14.000€ de salario mínimo y, en los últimos acuerdos alcanzados (SMI, Trabajo a Distancia, Reglamentos Igualdad, ERTEs,…) mediante la remisión a su desarrollo normativo en los marcos convencionales.

Nuestra implicación federal en estos retos globales, así como en su traslación a nuestros ámbitos, es plena. Como lo es nuestra contribución a la legitimación representativa y afiliativa de CCOO, la primera organización social de este país, con más de 10.000 delegados/as de diferencia con respecto al segundo sindicato (3.000 de diferencia aportados desde nuestro ámbito) y más de 975.000 personas afiliadas (más de 200.000 en nuestros sectores, aunque con un indudable potencial de crecimiento). Legitimación social para transformar la sociedad, que se alcanza justamente desde la acción y el desarrollo federal en sectores y empresas.

Este reto, ya de por si de una dimensión enorme, se enmarca, además, en el nuevo mundo al que el sindicalismo tiene que hacer frente, más allá de la crisis económica provocada por la COVID-19: Cambio en el paradigma de la empresa, fragmentación de los procesos productivos, atomización de las relaciones laborales, impacto de la digitalización, la automatización y la plataformización, espacios multisectoriales que coexisten y se entremezclan… en definitiva, una realidad poliédrica, plural, mutante y compleja, llena de retos, de amenazas pero también de oportunidades.

Retos federales

Gobernar los cambios en el plano sociopolítico. Pero también, y muy especialmente, desde nuestra actuación en los sectores y empresas, además de sabiendo adaptar nuestra organización a los tiempos. En ambas vertientes es mucho lo que nos toca hacer y mucha la responsabilidad que tenemos como CCOO Servicios, por lo que representamos y por lo que representan nuestros sectores. Y este Plan de Acción responde, justamente, a esos retos federales.

Retos que pasan por defender el empleo y las condiciones laborales en un contexto de enorme impacto para algunos de nuestros sectores, que puede conllevar procesos de reestructuración, por potenciar también desde lo federal nuestra vertiente más sociopolítica -políticas sectoriales, acción sindical internacional, sostenibilidad, protección social-, por definir nuestras estrategias de negociación colectiva con visión organizativa y a largo plazo -estructura, priorización, adaptación a las tendencias sectoriales-, por abordar la regulación de los cambios con sentido anticipatorio –trabajo a distancia, transición Digital, tiempo de trabajo-, por desarrollar espacios estratégicos de acción sindical transversal en la organización del trabajo - Igualdad, Formación, Salud Laboral-,… en definitiva, por desarrollar una dirección de la acción sindical bajo parámetros, criterios y objetivos organizativos, enfocada a gobernar el cambio, crear sindicato y crecer en afiliación.

Retos que pasan, igualmente, por un trabajo sistematizado con sectores y empresas estratégicas, por seguir incrementando la planificación y coordinación de nuestras estrategias afiliativas, electorales y de extensión, por la culminación del modelo de gestión integrada de recursos, por el desarrollo de nuestras políticas de administración y cumplimiento… y, junto a estos, el desarrollo de ejes muy vinculados con nuestra adaptación a los tiempos (Sindicato 4.0): La optimización y evolución de nuestro modelo de atención en sede, el desarrollo y planificación de nuestra atención sindical “a demanda”, la potenciación de nuestra atención sindical "proactiva" o de extensión, el impulso a mecanismos de modernización, digitalización y optimización de nuestros procedimientos de gestión interna y omnicanalidad…

Retos que tienen y deben tener un hilo conductor que es consustancial a lo que somos y a cómo entendemos el sindicalismo en CCOO: Su orientación al crecimiento afiliativo. Y no ya solo por contar con más recursos que nos permitan llegar más lejos, que de por sí ya es un argumento suficiente. No solo por ser el factor esencial para garantizar nuestra capacidad de autonomía, como valor esencial a preservar. También, y muy especialmente, porque nuestra vocación no se limita a ser un sindicato “que atienda a las personas”: Nuestra vocación, nuestra aspiración, es que las trabajadoras y trabajadoras de nuestros sectores, incluyendo las generaciones que se incorporan al mercado de trabajo y las víctimas de la precariedad, vean en el sindicato su referente y el ámbito en el que organizarse, mediante su afiliación. Porque la clase trabajadora siempre tendrá más fuerza si se organiza a través del sindicalismo de clase que si lo hace de forma dispersa. Y porque las Comisiones Obreras solo tendremos futuro si seguimos siendo el referente y el ámbito de organización, a través de su afiliación, de la clase trabajadora.

La Igualdad, fuerza transformadora

Nuestra historia es una historia de adaptación a los tiempos y gobierno del cambio. Desde nuestros orígenes en los años 50 como alternativa al sindicalismo vertical del régimen, primero de forma puntual para conflictos concretos, para organizarse de forma más estable en los años 60 y protagonizar la conquista de la Libertad. Personas trabajadoras organizándose para la defensa de sus intereses, en torno a un sindicalismo que en los 70 acuñamos como de nuevo tipo, con principios que hemos mantenido: sociopolítico, de clase, democrático, participativo, internacionalista… también, y sin duda, feminista. Porque desde entonces, en todas esas décadas, el sindicato ha crecido y evolucionado en torno al cambio del modelo productivo y la incorporación de la mujer al mundo laboral, impulsado no solo por uno, sino por dos paradigmas principales: la lucha de la clase trabajadora y la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres.

Las CCOO aspiran a seguir siendo el espacio donde se organizan las mujeres y hombres, espacialmente de las generaciones que se incorporan al mercado de trabajo, en nuevas y diversas realidades laborales. Y como Federación que integra sectores que, además de las cifras globales ya detalladas en esta introducción, emplean a 1 de cada 2 mujeres que trabajan por cuenta ajena, tenemos una responsabilidad enorme en ese reto.

Hablamos de casi 3 millones de mujeres trabajadoras, que representan el 55% del empleo en nuestros sectores: hablamos de más de 115.000 afiliadas, que superan el 57% de nuestra afiliación. Hablamos de más de 11.000 delegadas de CCOO, que suponen el 51% de nuestra representación. Hablamos de cuadros sindicales que asumen de forma creciente responsabilidades en una Federación que, cada vez más, tiene y debe tener rostro de mujer. Hablamos, en fin, de la Igualdad entre mujeres y hombres como fuerza transformadora y de construcción de futuro, en lo social, en lo laboral y, por supuesto, en lo sindical.