Otro año mas ha comenzado la evaluación del
desempeño y con ella comenzarán los problemas (varios años desde su implantación,
nos hace temer que será así). Y aunque teóricamente el sistema solo debería
servir para conocer la eficacia de la actuación de la plantilla en sus
actividades y su adecuación de competencias así como, identificar el personal
con alto potencial de desarrollo para diseñar planes de carrera adecuados,
la realidad es que esta evaluación se ha convertido en un sistema de presión
para los evaluados/as en el que se valora más si se cumplen o no objetivos
comerciales que si el evaluado tiene suficiente competencia profesional
en su puesto.
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