Ya conocemos los propósitos, queremos conocer los resultados

SIN VIENTOS DE CAMBIO PARA LA IGUALDAD


El próximo 1 de junio está previsto que inicie su actividad el Banco de Crédito Social Cooperativo, que abanderará al Grupo Cooperativo Cajamar, al constituirse como Entidad cabecera. Desde el Banco de Crédito Social Cooperativo se asumirá la dirección del Grupo Cooperativo Cajamar, y por tanto se dirigirán y gestionarán sus políticas estratégicas.

El próximo 1 de junio está previsto que inicie su actividad el Banco de Crédito Social Cooperativo, que abanderará al Grupo Cooperativo Cajamar, al constituirse como Entidad cabecera. Desde el Banco de Crédito Social Cooperativo se asumirá la dirección del Grupo Cooperativo Cajamar, y por tanto se dirigirán y gestionarán sus políticas estratégicas. 

La entidad publicó la pasada semana en el boletín Comunica-t de Mayo, el organigrama directivo del Banco de Crédito Social Cooperativo, en su primer nivel. Entre los nombres facilitados no figura el de NINGUNA MUJER. Las mujeres representan a 31 de diciembre de 2013 el 46% de la plantilla y nuestra representación en este órgano de dirección y gestión será del 0%. Esto no es normal, al menos a la representación sindical de CCOO no nos parece normal. Y no nos parece normal cuando Cajamar declara que “contempla la gestión de la igualdad como uno de los ejes transversales en la gestión de los recursos humanos.”

En el boletín anterior, Cajamar declaraba haber alcanzado en 2013,  una cuota de mujeres directivas del 32%. Pero, tal como indicábamos en nuestro Comunicado Â“El espejismo de la Igualdad”, publicado el día 7 /05/2014, los números no nos cuadran.
 

Aunque aún falta por  conocer el organigrama del Banco de Crédito Social Cooperativo en el resto de estamentos, está claro que NO SOPLAN VIENTOS DE CAMBIO en lo que a igualdad se refiere. No vemos nada que nos haga pensar que los buenos propósitos que Cajamar proclama vayan a tener su reflejo en una mayor representación de las mujeres en los puestos directivos.

La Entidad debe abandonar las buenas intenciones y poner en marcha sistemas de promoción profesionales transparentes y objetivos, en todos sus niveles, que faciliten la toma de decisiones sin sesgos de género.